No puedes tenerlo todo. Piensa una cosa: de la misma forma que hay millones de personas que tienen menos dinero, menos ropa, peores móviles, peor comida, menos dinero para salir de fiesta o gente que saca peores notas que tú, encontrarás muchas otras que serán todo lo contrario: te superarán en tus calificaciones, ligarán más, serán mejores en algunos deportes, tendrán el último iPhone o podrán irse a comer a la calle cuatro de siete días a la semana. ¿Dónde está el problema? ¿Es ese un motivo para sufrir? La verdadera solución al sentimiento de "envidia" es conformarse con lo que uno tiene. No, rectifico. No hay que conformarse si puedes lograr mejorar tu vida (nunca a costa de los demás) en cualquier aspecto. La verdadera solución es vivir tu vida, tratar de superarte cada día, avanzar, ser mejor persona. Entrenar más si quieres ser mejor deportista, estudiar más si quieres sacar mejores notas o privarte de gastar dinero en algunas cosas para así comprarte mejor ropa.
El alegrarse de los males de los demás porque tú también los tienes (mal de muchos, consuelo de tontos), o incluso sin tú tenerlos, o el desear de forma obsesiva aquello que otra persona posee o ha conseguido sólo te perjudica a tí mismo. ¿Quizás que el otro sufra lo mismo que tú va a solucionar tu problema? Al contrario, tienes un doble problema: superar el tuyo y seguir pasándolo mal si a la otra persona no le ocurre lo mismo.
La envidia es el más claro ejemplo de las personas que están vacías y que viven en eterna competición con el resto. El sufrimiento eterno de los que alguna vez han perdido y la semilla de un incurable sentimiento de inferioridad. Personalmente, me alegra poder decir que la envidia no vive en mí, nunca vivió, ni siquiera cuando era un niño. El gran fuerte de este odioso sentimiento es la imposibilidad de eliminarla para aquellos que la sienten de corazón. La gran debilidad, que no aparece con el tiempo en aquellos que jamás la han sentido. Para bien o para mal, la envidia es una enfermedad congénita sin curación posible. Aún así, siempre hay manera de controlarla, y siempre será mejor tanto para ti como para los que te rodean.